30.6.07

Mis Palabras Mágicas




Mis Palabras Mágicas es una reflexión sobre aquellas palabras/nombres/sonidos que nos "mueven" al escucharlos por primera vez. No hay nada de oscuro o hermético, o grandes misterios por develar.... simplemente son palabras que una vez oídas no nos abandonan más. Se convierten en melodías cada vez que las escuchamos y sirven de conexión con quien sabe qué recuerdo arcano. Por eso las llamo mágicas, porque le asignamos un valor particular, una fuerza por encima de las demás.

Por ejemplo, la primera vez que escuché la palabra mandrágora generó en mi una mezcla de impresiones contradictorias que oscilaban entre extrañeza y atracción, ignorancia y respeto. Era una especie de fascinación irracional... como sentirme atrapada y estar bajo cierto efecto hipnótico, sedante; casi como si su repetición pudiese transportarme a otras dimensiones. Posteriormente, al informarme sobre su significado pude descubrir que era una planta sagrada con efectos sedantes/alucinógenos.

Otras de mis palabras mágicas son aquelarre, amaranto, deja vú, espagiria, cardamomo, Praga.

Desconozco la causa de los efectos de algunas palabras sobre nosotros pero supongo que será por su fuerza arquetípica que resuena con alguna fibra inconsciente personal. Quien sabe...

Amaranta lo lei como nombre propio en Cien Años de Soledad y (más allá del personaje) su sonido me parecio tan melódico que quise buscar el origen. Pues resulta ser que el Amaranthus -también- es una planta sagrada que ya conocían los Aztecas, tiene un alto poder nutritivo pero fue prohibida por los españoles ya que no era bien visto que fuese utilzada en rituales.

Aquelarre no recuerdo cuando fue la primera vez que la escuche pero si recuerdo que sentí la imperiosa necesidad de conocer su significado
Hoy sé que es un vocablo vasco y su etimología deriva de 'aker' (macho cabrío) y 'larre' (campo) haciendo alusión a los rituales medievales donde que las brujas se reunían en los bosques para invocar a las fuerzas oscuras.



Espagiria tampoco recuerdo donde lo léi. Pero simplemente me atrapó. También busqué y descubrí (bueno, para mi fue un descubrimiento) que su etimología viene de spao (extraer) y de ageiro (reunir), es decir es una palabra que incluye dos acciones que realiza el alquimista vegetal. Toma una planta, separa sus compuestos sutiles y los reune bajo una nueva formula para obtener la quintaesencia.....






Ahhh, el cardamomo, se me olvidaba... una semilla que descubrí por su aroma en el café arabe y el nombre rindió honor al aroma. Car- da - mo - mo ... original de la India. Nosotros supuestamente la conocemos como Granado del Paraiso. Tiene gran cantidad de propiedades entre las cuales se supone un efecto afrodisíaco.

Ahora que he escrito todo esto me doy cuenta de que mis palabras mágicas estan asociadas a plantas sagradas, su estudio y/o procesamiento. Esto es mágico, sin duda.

Uhmmm... tal vez deba ir a Praga, buscar estas plantas y gracias a un deja vu hacer espagiria, para luego, en la noche acudir a un aquelarre. Eso sí, me tomo antes mi cafecito con cardamomo. Ya les contaré.

A propósito. ¿Cuál es tu palabra mágica?

1 comentario:

Angelika dijo...

Hola Laura,

Me encantó tu reflexión.
Esas palabras, nombres y sonidos mágicos estan siempre allí, acompañándonos, resonando en nuestro ser; parte de la magia está justamente en darnos cuenta de ello y de traerlos a nuestra consciencia. Ahora entiendo por qué con tanta frecuencia tarareo repetidamente y sin darme cuenta sonidos sin sentido. Los que están a mi alrededor sí se dan cuenta y se desesperan! Claro... no resuenan con eso y lo perciben como ruido..
Para mi la magia está en los sonidos.
El canto de los sapitos que se inicia al final de las tardes y perdura por toda la noche me produce una sensación de paz infinita. Ellos son mi Sonido Mágico con el que puedo hacer conexión a ese mundo en donde la libertad es absoluta.

Gracias por siempre

Angelika