Invoco a la esposa del Divino Zeus
Ven , bienaventurada potestad.
En Grecia, los Orficos invocaban a Mnemosine para poder, a través del recuerdo, acceder a las memorias arcanas.
Lete (o Leto, Leteo) era el río del olvido que se encontraba en el Hades. Las almas antes de encarnar bebían de sus aguas, de manera que al entrar en el mundo de la materia ya no podían acceder a los recuerdos de otras vidas.
"Romper las ataduras de Leto" significaba poder entrar en contacto con las imágenes internas trascendiendo las limitaciones del tiempo y el espacio, es decir vencer al olvido y así recordar. Sin embargo, con la muerte, la almas también saciaban su sed en el río antes de entrar a los Campos Eliseos, para vivir en un estado de felicidad, sin la inteferencia de los recuerdos dolorosos que pudiesen opacar su estado de plenitud.
Beber de Leteo al morir, beber de Leteo al nacer.
Sin Olvido parece no ser posible el cambio.
Sin Olvido la vida no es vida, congelados en el tiempo
Memoria, gracias a ella a tenemos sentido de continuidad, viajamos en el tiempo y revivimos el placer. También nos atormenta de manera caprichosa, envolviéndonos con cargas de pasado que no ceden ante la voluntad. Culpa y rencor son sus palabras favoritas.
Olvido, bálsamo tibio frente al dolor. Ayuda a mitigar las heridas pero también desconecta de la vida. Repitiendo los mismos errores, inconscientes, aletargados y ajenos de nuestra propia realidad. La locura y el vino son tus amigas, pero también el perdón sincero.
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